"Un primer acercamiento al concepto de la identidad sería el preguntarnos: ¿Qué es la identidad?; sin embargo la respuesta se antojaría un tanto inmóvil a primera vista. Así como cuando preguntamos al tendero acerca del total de nuestra compra y nos responde, “son 15 pesos por el refresco y las papas”; o como cuando le preguntamos al profesor por el día en que tenemos que entregar nuestro trabajo y nos contesta, “el lunes a las 12 en mi escritorio”. Es decir, la respuesta es fija, está arreglado el cómo se responde tal pregunta. Esto no debería suceder con cosas tan complejas como la identidad. Nunca. Y lo mas triste es que eso es lo que pasa con los libros de texto a nivel universitario donde se habla de la identidad docente. ‘¿Qué es la identidad?’ incluye el verbo ser o estar que plantea muchos problemas que autores posmodernos se han cansado de criticar porque el decir que alguien o algo ‘es’ es hacerlo inmóvil, permanente y fijo. ¿Se dan cuenta del problema en el que nos metemos al decir ‘yo soy’? Una de las primeras cosas que Deleuze y Guattari, ambos teóricos posmodernos franceses, dijeron en su libro Mil Mesetas fue “[e]l Anti-Edipo lo escribimos a dúo. Como cada uno de nosotros era varios, en total ya éramos muchos”. Y el ser varios se conjuga también: Yo soy muchos, tú eres muchos, etc. Aquí sucede algo que no concuerda con la identidad fija porque el ser varios no llama a la unidad, llama a la multiplicidad. Y la multiplicidad obliga a tener diferencia. ¿El perfil de egreso le da más importancia a similitudes o a las diferencias? Para Deleuze la identidad es secundaria y para Klossowski es fortuita.  En lugar se ‘ser’ Deleuze y Guattari usan el ‘devenir’ o ‘llegar-a-ser’ (y noten que no se separa el ‘ser’ de ‘llegar-a’) que incluye per se el movimiento y la multiplicidad. Devenir-animal, devenir-piedra, devenir-mujer, devenir-maestro, devenir-cerveza, devenir-examen, etc. Es algo que no es una imitación sino, siguiendo a Deleuze y Guattari, una adopción y plusvalía de código, encadenamientos de multiplicidades y de sus intensidades.

Sí es posible la identidad. Incluso es posible la identidad que se lee en el perfil de egreso de la licenciatura en educación física, aunque sea así de triste como la conocen. Sí, esa que van a repetir y que han repetido en todos los documentos recepcionales cientos de alumnos ahora egresados sin que recuerden una tercera parte (y doy gracias a eso). Porque fue requisito, y como tal se trató de volver la identidad docente en una homogeneización forzada por cada componente con el que ustedes tuvieron contacto, porque esa identidad sigue el camino de la esencia. Y las esencias ya no sirven… (dejemos este tema de las esencias para otra ocasión). Como les decía, la identidad es posible: Nada mas miren con qué ganas los/las de educación física no quieren ser comparados con los/las de educación preescolar y éstas rehúyen ser comparadas con los/las de educación primaria y viceversa. ¿En verdad no tienen nada que ver unos con otros?, ¿será necesario el recalcar tanto esa identidad que un educador físico pero nadie más debe de tener? No lo creo; es más, dudo que sea posible. Ahora, para continuar necesito incluir el concepto de agenciamiento (agencement, en francés y assemblage en inglés) que nos va a ayudar a entender cómo, en este caso, se construye la identidad. Vamos allá. De acuerdo a Livesey, los agenciamientos son constelaciones de objetos, de cuerpos, de expresiones, de cualidades y de territorios que se juntan por periodos de tiempo variables y que a su vez crean nuevas maneras de funcionamiento. El concepto de agenciamiento se puede usar para cualquier estructura, desde patrones de comportamiento de una persona o individuo, institución, espacio, hasta en las ecologías más grandes. Así que sí nos sirve para estudiar la identidad del docente de EF. Los agenciamientos constan de dos dimensiones: la expresiva y la material. La expresiva se forma por lo que hablamos pero también los gestos que usamos, cómo vestimos; y la material no solo tiene que ver con los cuerpos de las personas, sino con instituciones y edificios, con comunidades y con vecindarios, con comida y con el trabajo, etc. Otra parte muy importante son los procesos de territorialización y desterritorialización. Sí, todo eso suena raro y de hecho lo es. Pasemos a ver estos dos procesos: la territorialización es una homogeneización que estabiliza a los componentes que participan en el agenciamiento que a su vez son desestabilizados por procesos de desterritorialización. ¡Chale!, ¿y cómo entiendo eso? Deleuze y Guattari utilizan este ejemplo: La orquídea es desterritorializada por la avispa al formar una imagen de la avispa; sin embargo, la avispa es desterritorializada al devenirse en una parte del aparato reproductor de la orquídea. Ambos son elementos heterogéneos que forman un rizoma. Pero es mejor que pare aquí con el rizoma. Porque corremos el peligro (y eso es lo que les deseo a todos los que lean esto) de incluir más conceptos deluzio-guattarianos como el estrato, meseta, la doble articulación, máquina abstracta, línea de fuga, cuerpo sin órganos, deseo, haecceidad, etc., todos ellos necesarios para entender esta teoría. 

Porque esa construcción de la identidad docente en la educación física tiene que ver con que bailé chunchaca en la fiesta del pueblo, y con el asombro de que una mujer de 64 años cruzó nadando sin mucha protección desde cuba hasta Florida, y con el recuerdo de los niños a la hora del recreo pateando un bote de refresco como si fuera un balón; y vivir con las goteras en los cubículos de EF y el rechinar de la madera cuando alguien entra, y con los pintarrones manchados con tinta permanente, y con los profesores que piden tareas y vuelven a pedir que lea y vuelva a leer, y con las canciones y juegos que aprendí hace dos años, y con las preguntas que surgen en la práctica, y cómo uso la tecnología en mi clase, y con todo eso y más. Siempre más. Construyan mas relaciones de exterioridad, construyan un pensamiento nómada que no respete divisiones artificiales. Cambien la forma en que se responde cuando alguien nos dice: “pareces alumno de la carrera de educación preescolar” y uno contesta: “para nada, esos son ñoños”; en vez de contestar así busquen en qué me parezco a una educadora, y a un tendero, y a un arquitecto, y a un árbol, y a un geólogo, y a un perro, etc., y territorialicen esas relaciones, háganlas suyas y vuelvan a desterritorializar su identidad de educador físico. Tengan un pensamiento nómada y busquen multiplicidades y líneas de fuga. Sean educadores físicos y más (Y no soy sarcástico cuando incluyo a un animal o cosa, porque un educador y cualquier persona con o sin profesión, de acuerdo con los nuevos materialismos, no está por arriba de un perro o una piedra en términos de importancia; aunque haya muchos que así lo piensen)".

Max Vázquez Domínguez

Ingeniero y xalapeño, vegetariano y basketbolero,

psicólogo y chunchaquero, principiante en la nadada y…

University of Georgia